Categoría: Actualidad

El bruxismo es un hábito involuntario de algunas personas que consiste en apretar los dientes y la mandíbula durante el sueño. La persona frota o desliza sus dientes chocándolos de manera involuntaria debido a causas como el estrés, la ansiedad o la tensión.

Uno de los problemas principales del bruxismo es que, a pesar de no ser una enfermedad grave, puede conllevar grandes daños ya que la persona que lo sufre no suele darse cuenta de manera inmediata. De hecho, muchos perciben que tienen este problema cuando ven erosión en los dientes o porque lo detecta su dentista.

A continuación, os presentamos algunas de las consecuencias principales de esta patología.

• Hipersensibilidad dental
• Dolor en la boca
• Dolor en otras partes del cuerpo como el cuello o la cabeza
• Insomnio

En los últimos años, las redes sociales se han llenado de anuncios de influencers donde se les puede observar realizándose blanqueamientos caseros. ¿Los métodos? Innumerables. ¿Los resultados? Más negativos que positivos.

Por eso, hoy queremos hablarte de la vertiente negativa de realizarte a ti mismo un blanqueamiento dental sin supervisión profesional y con productos o aparatos que se alejan de lo que realmente necesita tu boca. Aquí van algunas de las consecuencias:

• Adiós al esmalte. Una de las consecuencias más directas se basa en la relación entre los blanqueamientos y el estado del esmalte de tus dientes. Es importante que un profesional sea quien te diga cómo está tu esmalte y si puede soportar un blanqueamiento. De lo contrario, podrás dañarlo y jamás se recupera.
• Sensibilidad. Como consecuencia del primer punto, se puede producir una sensibilidad extrema al beber o comer alimentos fríos y calientes.
• Dolores. Si la persona que se realiza el blanqueamiento sufre de caries o problemas en sus encías, puede sufrir grandes dolores.

Si realmente quieres hacerte un blanqueamiento dental, es totalmente imprescindible consultar con tu dentista de confianza. Blanquear tus dientes no es solo algo estético, es salud.

Un mito es una historia fabulosa de tradición oral que se suele ir pasando de generación en generación. Como casi todo, la salud bucodental cuenta con sus propios mitos y falsas creencias que, desde la Clínica Dental Pablo Fos, estamos tratando de desmentir. Aquí puedes leer la parte primera y segunda de mitos sobre dientes. ¡Vamos con la tercera!

¿Sólo el azúcar causa caries? Comer mucho azúcar puede ocasionar caries, pero existen otros muchos alimentos que pueden provocarlas si la higiene y limpieza de tus dientes no es la adecuada. Debes cepillar tus dientes unas tres veces al día, después de cada comida.

¿Los dientes blancos son señal de dientes sanos? El color de los dientes no tiene por qué ser motivo de una mala o buena salud dental. Pueden existir numerosos problemas internos que no se visualizan exteriormente.

¿Las personas mayores tienen menos riesgo de padecer caries? Obviamente, es falso. Las caries pueden aparecer a cualquier edad causando daños importantes en los dientes.

¿La halitosis siempre proviene de problemas estomacales? Normalmente, la halitosis es provocada por una mala higiene bucal, por producir poca saliva, por fumar demasiado o por largos periodos sin comer, entre otros.

¿El bicarbonato es bueno para blanquear los dientes? Si quieres unos dientes más blancos, acude a tu dentista. Esa es la conclusión principal. Existen cientos de remedios caseros para blanquear los dientes, pero cada uno es más peligroso que el anterior. El bicarbonato es muy abrasivo y puede dañar el esmalte de tus dientes.

Hesy-Ra fue un alto funcionario del Antiguo Egipto y el primer odontólogo conocido en todo el mundo. Recibió el título de ‘Gran uno de los cortadores de marfil’ y se convirtió en jefe de dentistas y médicos en la corte del faraón Zoser, entre los años 2665 y 2645 a.C. Tan privilegiado fue que puedo construir su tumba al lado de la pirámide del faraón egipcio.

Egipto fue la primera civilización conocida que desarrolló la ciencia médica. En sus primeros años, las caries no eran muy comunes entre la población, pero cuando se introdujeron alimentos ricos en hidratos de carbono, esto cambió. Así, los cambios en la forma de vida y en el consumo de las personas crearon la necesidad de desarrollar disciplinas como la Odontología.

Muestra de ello es que se han encontrado momias con extracciones dentales e, incluso, con sustitución de piezas dentales y puentes realizados con alambre. Asimismo, estas momias mostraron la evidencia del uso de tratamientos dentales para curar enfermedades bucodentales.

Ya te contamos en este post que los frutos secos, algunas frutas y verduras y la leche, entre otros alimentos, eran alimentos beneficiosos para tus dientes. Por ello, ahora es el momento de hacerte llegar aquellos alimentos que debes evitar si quieres que tus dientes estén en perfecto estado. ¡Comenzamos!

• Caramelos duros o pegajosos. Ni el azúcar que contienen ni su dureza son buenos para tus dientes. Por un lado, el azúcar fomenta la aparición de caries y otros problemas; y, por otro lado, la dureza de estos caramelos puede provocar roturas en dientes.
• Cítricos. Los alimentos ácidos pueden deteriorar el esmalte de tus dientes y, con ello, fomentar la aparición de caries y llagas. Si eres demasiado fanático de bebidas cítricas, lo mejor es añadir agua para que sean menos perjudiciales para tus dientes.
• Hielo. Morder hielo es algo que todos hemos hecho cuando éramos niños. Sin embargo, no es nada beneficioso para tus dientes.
• Café y té. Ambas bebidas pueden resultar perjudiciales para tus dientes, ya que pueden mancharlos. Es importante cepillar los dientes de inmediato tras ingerirlos.

A los padres nos preocupa la salud de nuestros hijos incluso más que la nuestra propia. Desde las revisiones periódicas al pediatra y al dentista, pasando por detalles mucho más pequeños de su vida diaria, como puede ser su alimentación saludable o su higiene bucal. Si alguna vez has tenido dudas sobre qué pasta dental es la mejor para tus hijos, estás en el sitio indicado. ¡Vamos a contarte todo lo que debes saber!

En primer lugar, debes ser consciente de la relación que tiene la edad de tu hijo con el dentífrico que debe usar.

• Desde la salida del primer diente hasta los 3 años. En esta etapa, tiene lugar la calcificación y maduración de los primeros dientes de tu hijo, por lo que será necesario un uso de flúor bastante controlado y equilibrado. Lo más adecuado: pasta de dientes de entre 500 y 1000 partes por millón (ppm) de flúor y una cantidad similar a un grano de arroz.
• De los 3 a los 5 o 6 años. En este momento, el niño ya tiene sus dientes de leche y es importante hacerle consciente de la importancia de lavar sus dientes. La cantidad de dentífrico a usar debe ser la de un adulto, pero siempre con supervisión de este. La pasta más adecuada deberá contener unos 1000 ppm de flúor y el tamaño como un guisante.
• A partir de los 5 o 6 años. Los niños comenzarán a ver cómo se les empiezan a caer los dientes de leche y a aparecerles los definitivos. Es importante que sigan siendo conscientes de la importancia de la higiene bucodental. Lo idóneo es que utilicen pastas dentales con 1450 ppm de flúor y del tamaño de un guisante.

El Consejo General de Dentistas ha publicado un informe donde asegura que los profesionales de la Odontología son los sanitarios menos contagiados durante la pandemia. El motivo es muy claro: nosotros hemos luchado siempre contra enfermedades infecciosas y, por ello, nuestros protocolos ya estaban muy marcados.

El estudio refleja que tan solo un 1,6% de los dentistas que han obtenido un positivo en la PCR sospechan haberse contagiado en el trabajo. La seguridad en las clínicas dentales siempre ha sido muy alta, debido al estrecho contacto con los pacientes y a muchos de sus fluidos. La esterilización, el constante lavado de manos y el uso de EPIs de manera rutinaria, hacen que los dentistas estén más seguros que otros profesionales sanitarios.

Al comienzo de la pandemia, muchos expertos incidían en que los dentistas podrían ser algunos de los profesionales con mayor riesgo de contagio. No obstante, también ha sido uno de los sectores que más en serio se ha tomado las medidas de seguridad. ¡Vencer este virus es cosa de todos!

Aunque en algunas ocasiones, utilizamos los términos indistintamente, un enjuague bucal y un colutorio no son exactamente lo mismo. ¡Te explicamos sus diferencias!

El enjuague bucal es un preparado líquido que se utiliza después de los cepillados de dientes, durante un minuto aproximado, para completar la limpieza bucal. Por su parte, un colutorio es una solución más espesa que pretende tratar afecciones bucales como las llagas o la gingivitis.

Otra de las diferencias entre los colutorios y los enjuagues bucales es que, en los primeros, el alcohol está presente en una proporción superior al 20%, mientras que los enjuagues no cuentan con este compuesto entre sus ingredientes.

La odontofobia es el miedo a acudir al dentista. El agobio y la ansiedad son ejemplos de lo que muchas personas sienten cada vez que deben acudir a su clínica. No obstante, no debes dejar que el miedo gane la batalla: la salud bucal es tan importante como el resto y no puedes descuidarla.

¡Te contamos cuatro consejos infalibles para que vayas más tranquilo a tu cita!

1. Piensa en tu miedo. Busca el por qué de tu miedo: si es por dolor, por unos resultados negativos, por la incertidumbre…
2. Busca información. A muchos les tranquiliza conocer qué se pueden encontrar en la consulta de un dentista. Puedes hacer lo mismo, pero siempre te recomendaremos que te informes directamente en tu clínica y no a través de Internet. ¡Google puede dar tanto miedo como el prospecto de un medicamento!
3. Pide a alguien que te acompañe. Algunas veces, saber que hay alguien animándote al lado para que vayas al dentista te dará el impulso que necesitas. Habla con alguien de tu confianza y pídele que te acompañe.
4. Habla con tu dentista. Es importante que mantengas una relación de confianza con tu dentista. Por ello, cuando ya estés en la consulta, habla con él. Nadie mejor que tu dentista sabe tranquilizar a sus pacientes.