Es bastante probable que casi todos debamos ponernos una dentadura postiza, fija o removible, en algún momento de nuestras vidas. La edad no perdona y una de sus consecuencias es la pérdida de los dientes. Por eso, la semana pasada te hablamos de algunas de las cosas que deberías saber antes de someterte a este tratamiento. ¡Ahora te traemos la segunda parte para completarlo!

  • Si notas la presencia de llagas o heridas similares, lo mejor es que acudas al profesional que la colocó. Seguramente necesites realizar algunos ajustes para que se adapte bien a tu boca.
  • La limpieza es fundamental para el buen estado de la dentadura. En concreto, necesitan limpieza los dos tipos: fija y removible. Sin embargo, la limpieza será distinta.
    • En el caso de la removible, debe remojarse cada día con jabón o pastillas específicas. Debe aclararse bien y después introducirse en la boca.
    • En el caso de la fija, se limpiará con la misma rutina de higiene bucodental de una boca completa. La seda dental sí debería ser específica.

Entradas recomendadas