Existen cientos de objetos que utilizamos en nuestro día a día, pero que no sabemos cómo, cuándo y dónde fueron creados. Probablemente, ese sea el caso del cepillo de dientes. A lo largo de la historia se ha considerado que fue inventado por un emperador chino en 1498, quien colocó cerdas de pelo de cuello de puerco salvaje en un hueso.

Los mercaderes occidentales trajeron el invento hasta Europa, aunque este no prosperó demasiado. Sólo las clases más altas comenzaron a usarlo, sustituyendo las cerdas de puerco por cerdas de caballo, más suaves y resistentes.

Los primeros cepillos de dientes contaban con algunas desventajas como su laboriosa confección manual, el deterioro rápido de las cerdas o la contaminación por las bacterias bucales. Por ello, hasta finales del siglo XIX no se empezó a universalizar el uso del cepillo de dientes. Entonces aparecieron empresas que fabricaban manualmente cepillos a gran escala y que empezaban a usar el nylon: un material resistente y flexible.

Entradas recomendadas