Las aftas, también conocidas como llagas o úlceras aftosas, son una de las dolencias comunes. En concreto, según Mayo Clinic, se trata de «pequeñas lesiones superficiales que aparecen en los tejidos blandos de la boca o en la base de las encías. A diferencia del herpes labial, las aftas no aparecen en la superficie de los labios y no son contagiosas». Pero, ¿debo preocuparme por ellas?
En principio, si la aparición de las aftas es puntual, no tendrías porqué. Lo normal es que desaparezcan en una o dos semanas y que no supongan gravedad. Sin embargo, deberás consultar con tu médico o tu dentista si su aparición es periódica o si tardan mucho tiempo en curarse.
La misma web estima oportuno consultar con el médico en los siguientes casos:
- Aftas inusualmente grandes
- Aftas recurrentes, que se presentan después de que sanan las anteriores, o brotes frecuentes
- Aftas persistentes, que permanecen durante dos semanas o más
- Aftas que se extienden hacia los labios (con un borde bermejo)
- Dolor que no puedes controlar con medidas de cuidado personal
- Dificultad extrema para comer o beber
- Fiebre alta junto con las aftas